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Historia del Labrador Retriever , recordando su "misterioso e incierto origen"

A diferencia de otras razas que si se tiene exactitud en su inicio, el origen de Labrador Retriever no se conoce con certeza. Todo son teorías que parten desde el conocimiento de su existencia.


Dos distintas de ellas, las que tienen más fuerza por los estudios realizados convergen en un lugar concreto del mapa, la Isla de Terranova en Canadá.

La primera apunta su origen en ésta, por supuesto, y relacionado como es evidente al "perro de St Johns". 
En cambio la segunda apunta a origen portugués, y gran parte de ella se sustenta en la palabra "labrador". En portugués su significado es "trabajador". Marineros portugueses introdujeron estos canes en la Isla de Terranova.

Sabemos como cierto que en el siglo XIX la aristocracia inglesa, comenzó a importar los perros de Terranova conocidos entonces como "perros de St Johns".
Trabajaban con los pescadores de Terranova recuperando los peces perdidos y ayudando con las redes de pesca. 
Para los ingleses además, eran ideales en actividades como la caza y el deporte, donde destacaban ampliamente. Y por su carácter, siempre han cumplido el cometido de perro de familia también, compañero infatigable de juegos con los niños de cualquier edad.

En el año 1880 se puso en marcha un programa de cría del Labrador Retriever en Gran Bretaña. Hasta 1892, cuando el Duque de Buccleuch introdujo en su cría el color hígado, todos los perros eran negros. El primer amarillo que se conoce nació en 1899, y se llamaba "Ben of Hyde".
Oficialmente, fue reconocida la raza en 1903 por el Kennel Club ingles y en 1917 por el Kennel Club americano.

La legislación aprobada en el sigo XVIII que limitabla la tencia de un sólo perro por familia, los impuestos tan elevados a satisfacer por dicha tenencia y la introducción del ganado ovino, fueron las principales causas para que desapareciera la raza en Terranova sobre el año 1935.

Todo ello junto a la introducción de la Ley de Cuarentena de 1895 en Gran Bretaña, que prohibía la importación de animales, puso en riesgo la existencia de la raza. Se salvó por la introducción de un plan de cría propuesto y llevado a cabo por los Duques Buccleuch y Home junto con el Conde de Malmesbury. Sus intereses altruistas por esta raza consiguieron que nosotros podamos seguir disfrutando en la actualidad del Labrador Retriever.

Hoy en día gracias a la popularidad que posee, a sus múltiples aptitudes para el trabajo, la familia, servicios sociales, y un largo etc..., así como al constante trabajo que hacemos los criadores amantes de esta raza, el Labrador Retriever tiene una gran base sólida para su continuidad. 
Por todo ello, nosostros los criadores, jamás debemos olvidar que nuestro trabajo será el legado para los siguientes, y los responsables de su existencia, bondades y carencias.

V. Perez