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La Crisis Económica y la Cría Responsable del Labrador Retriever

El perro dejó de ser un capricho, un objeto estático de posesión o de regalo. La concienciación sobre el can comienza a obtener su recompensa, y la crisis económica le afecta en un plano distinto a tiempos anteriores.

Al igual que nosotros seguimos comiendo, cuidando nuestra salud y la de los nuestros, lo hacemos con nuestros perros, le damos la atención y el cuidado necesario, es nuestro compañero incondicional, nos reporta infinito cariño y compañía.

Pero no por ello podemos negar que la crisis ha modificado el mundo de la cría. Nadie está a salvo de ella. Es cierto que de alguna manera, el sector se ha depurado de forma automática. Criadores ocasionales, con criterios personales o puramente comerciales, han desaparecido. Sus perspectivas han cambiado y es evidente que ya no les interesa.

En general, todos miramos el coste de lo adquirido, y de la misma manera, qué adquirimos, y esto no ha cambiado a pesar de la crisis económica.

Planear una camada, darles la atención y cuidados necesarios a los cachorros, así como colocarlos, es un compromiso con una dedicación de tiempo importante, que requiere habilidad, conocimiento, un ambiente adecuado y las instalaciones necesarias para ello.
Criar cachorros sanos, limpios y que sean un buen ejemplo de su raza requiere bastante paciencia.
Muchos criadores sabemos que ceder perros no nos proporciona el sustento de nuestras vidas ni mejora nuestros ingresos. Es un hobby caro, en el que no dudaremos en proveer de todo lo que el cachorro necesite mientras crece, así como veterinario, cuidados, etc.

Para el criador responsable, sus objetivos siguen siendo los mismos que tenía antes de la crisis económica: su plan de cría es longevo, no se ve directamente afectado; no persigue objetivos en moneda sino en especie. Esta es la gran diferencia.
Por ello se dedica a preservar la salud, el bienestar y el estándar de su raza. Está familiarizado con el pedigrí, tiene una razón lógica para realizar determinada monta, y más aún si el código genético de un progenitor puede contribuir para mejorar el del otro y así contribuir a la raza. Y no la razón de obtener dinero extra vendiendo cachorros al por mayor.

La importancia de los ancestros de sus cachorros es elevada. El pedigrí es importante, incluso para un cachorro de calidad que sea nuestra mascota o compañero fiel. Nos indicará cómo nuestro cachorro se verá y actuará cuando crezca. El criador debe tener pasión por la raza que cría y dedicación para hacer su mejor plan de cría.

Para los criadores responsables la meta principal es criar perro sanos, que se acerquen cada vez más al estándar racial. Los padres seleccionados deberán ser un buen ejemplo de la raza de acuerdo a su estándar racial, física y mentalmente. Una cruce accidental o al azar sin ser planificado correctamente, no garantizará la salud, apariencia y temperamento de los cachorros. Todos los objetivos expresados otorgan muy grata recompensa, pero no en moneda sino en especie.

De la crisis económica podemos extraer también valores positivos para la raza. La cría responsable del labrador retriever se ve beneficiada de ella en numerosos aspectos, y por ende en todos los participantes en esta forma de cría.
Criadores como propietarios somos responsables del presente y el legado que dejemos a la raza del Labrador Retriever, punto de partida para los próximos.

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